jueves, agosto 01, 2013

El Café, aromas de África

 


El café fuerte me resucita,me causa un escozor, una carcoma singular, un dolor que no carece de placer. Más me gusta, entonces, sufrir que no sufrir - Napoleón Bonaparte

Así definía el ilustre Emperador francés los efectos de esta deliciosa infusión, capaz de estimular nuestros cinco sentidos provocando una pasión adictiva entre los que cayeron cautivos de sus encantos.
Pero como hemos tenido ocasión de ver en anteriores artículos dedicados a productos con relativa influencia social, detrás de cada uno de ellos se esconde alguna leyenda, y el café, como ingrediente indispensable en una reunión, también la tiene, o mejor dicho las tiene, pues son múltiples las referencias que se le hace al café en diferentes leyendas regionales, todas ellas de origen árabe, relacionadas con las creencias y la religión así como de su procedencia y descubrimiento.
Aunque se cree que la planta del café es original de la provincia de Kaffa (Etiopía)aún no se ha podido resolver del todo esta cuestión, pero si nos basamos en una de las historias mas antiguas y la más extendida que relatan el origen del café podemos darla por la más válida. Esta historia que data del S.X dice así...

Un pastor de la región de Abisinia (Actualmente Etiopía) llamado Kaldi, que observó que sus cabras tras ingerir unas bayas rojas de unos arbustos soportaban mejor el cansancio y se las notaba más excitadas de lo normal. Así que decidió probarlas y a pesar de no tener un sabor agradable si notaba un efecto estimulante, por lo que decidió llevar unas de esas bayas que parecían cerezas a unos monjes de un convento cercano los cuales probaron estas bayas cocidas, pero su sabor fue tan malo que la desecharon al fuego, pero cuando comenzaron a tostarse los granos comenzaron a desprender un delicioso aroma que llamó la atención de todos los monjes y decidieron probar de nuevo el brebaje pero con las bayas tostadas, dándose de manera casual y espontánea el descubrimiento del primer café.

El consumo del café ha logrado extenderse por todas las regiones del mundo y es consumido por todos las estratos sociales, pero la verdad es que el café no goza de una larga historia en la cultura Europea, siendo el médico alemán Léonard Rauwolf en 1583, tras un viaje a oriente medio, el primer europeo que tuvo conocimiento de la existencia del café. Sus primeras impresiones sobre el café, una vez de regreso a Europa fueron...

Una bebida tan negra como la tinta, útil contra numerosos males, en particular los males de estómago. Sus consumidores lo toman por la mañana, con toda franqueza, en una copa de porcelana que se pasa de uno a otro y de la que cada uno toma un vaso lleno. Está formada por agua y un fruto que llaman bunnu.

La introducción del café en Europa

Fue mucho más tarde, en 1645, cuando el comerciante veneciano Pietro Della Valle introdujo por primera vez el café en Europa abriéndose en Venecia la primera cafetería en el continente europeo, siguiéndole Londres en 1652, Marsella en 1659, Ámsterdam en 1663 y París en 1675. Aunque esta afirmación se ve contrariada por otros que sostienen que en 1624 existían cafeterías que en base al método turco servían café como por ejemplo la cafetería veneciana "La Bottega del Caffé".
España tuvo que esperar hasta el S.XIII cuando a través de la realeza se introdujo por primera vez el café durante el reinado de los Borbones, abriéndose en 1764 en Madrid el primer café "La Fonda de San Sebastián" al cual le siguieron cafés tan ilustres como "La Fontana de Oro", "El Café Rueda", "El Café Gijón" o en Barcelona ya en 1781 "El café Francés" o "El Café de la Opera" entre muchos otros clásicos. 
La historia del café en Europa fue muy controvertida y problemática llegándose a prohibir su consumo por considerarla una "bebida diabólica" por la iglesia católica , pero eso no fue un impedimento para que ya entrados en el S.XX se la consideré como la bebida por excelencia y de mayor consumo en nuestra sociedad. Un dato, España a pesar de que no se encuentra entre los países potencialmente consumidores de café, por ejemplo, frente a los 9,8 Kg. de Finlandia, los españoles consumimos unos 3,9 Kg. de café por habitante al año, lo que nos da una cifra aproximada de 24 mil millones de tazas de café que dan una media de 600 cafés por habitante anualmente, de los cuales el 42% se sirven en cafeterías y restaurantes.



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